jueves, 11 de abril de 2013

Comunicación

Llegó el día. ¿Os acordáis cuando dije en una de estas entradas que no iba a sacar en ese momento ningún pensamiento filológico? Es el momento, aunque el pensamiento que voy a tratar de presentar puede ser perfectamente comprendido por cualquier persona.
No sé cuando disfruto más, si oyendo hablar a un niño de 2 o 3 años ( "hablar" ) a nuestro Presidente del Gobierno. Sus niveles lingüísticos presentan increíbles diferencias: mientras el primero difícilmente articula una palabra, el segundo ha adaptado su vocabulario al más soez lenguaje avanzado, y es capaz de dirigirse a cualquier persona utilizando el lenguaje conveniente de acorde a su estamento social. Ahí quería yo llegar. A veces realmente me fascina que algo tan simple como la lengua lleve en su ADN jerarquía social, mientras que otras veces me deprime que se utilice un elemento tan puro y natural para desprestigiar a las personas. Así pues, podríamos considerar la palabra como una herramienta o arma de doble filo. Muchos me preguntan " ¿por qué el inglés está mejor visto que cualquier otro idioma? " o escucho frases como por ejemplo "En comparación con el inglés, el español no sirve de nada". Vamos por partes.
Tiene cojones lo que voy a decir siendo estudiante de filología inglesa, pero ODIO que el inglés sea el idioma más empleado en el mundo. ¿Y sabéis por qué? Existe un término que se llama imperialismo, tiene muchas acepciones, pero la más corriente es atribuida a un contexto histórico. Pues bien, tambien existe un imperialismo lingüístico, y está relacionado con el histórico. Realmente me hierve la sangre (últimamente demasiado) cuando escucho a personas de prestigio mundial orgullosos de hablar de la unificación del mundo tratando de emplear un mismo idioma común. ¿Alguien sabe como se hace famoso un idioma? Pues básicamente, te vas a un sitio peor que el tuyo, te peleas con ellos e impones tu lengua. Es así, antiguamente y siempre ha sido así. Inglaterra, esa gran potencia pasada, presente y futura, tiene fama de gran colonizadora  (bello término para definir una acción de tan ruin condición: apropiarse de algo que tu consideras tuyo). Lo que trato de explicar es que detrás de la expansión de una lengua, hay muchas trifulcas, muertes y disputas. Así que como a cualquier lengua que se hubiese impuesto así (le ha tocado al inglés) estoy y estaré en contra de su condición. Los idiomas son la máxima expresión de la comunicación interracial: dejemos que las personas se interesen por la cultura voluntariamente y no mediante imposiciones.
Y ahora hablemos del español... ¿cuando vamos a dejar de autodesprestigiarnos? (sí, que pasa, me invento palabras). No nos damos cuenta de lo que tenemos dentro de nuestra tierra, y continuamente nos dedicamos a buscar la mejora externa a ella, todo debido al pensamiento inducido por parte del resto del mundo, lo cual concluye en ese desprestigio propio de la que he hablado antes. ¿Qué el español no es útil? Preguntadle a mi amigo Google a ver en cuantos países se habla español, ya que hay tanta gente que quiere irse de aquí, quizá encontráis destino fuera del país en uno de los sitios que os diga. Y sí, por supuesto que lo digo, al igual que Inglaterra, nuestro idioma se extendió por lo mismo (lo cual no implica que no me enorgullezca de ello).
Como conclusión final a este tema quiero decir dos ideas:
- Dejemos de buscar el mejor idioma o el que más le convenga a X que se extienda con la excusa de la globalización porque con ello lo único que se consigue es más discriminación lingüística.
- Prefiero ser un ignorante bebé de 2 años antes que comprender algún día el lenguaje jurídico.

¡Pasadlo bien comunicándoos!