miércoles, 17 de abril de 2013

Sentidos

Soy una persona a la que le gusta tener en su vocabulario diario y coloquial pues, no se, algunas palabras normalmente poco comunes. No por ello empleo palabras que nadie conozca su significado, un ejemplo claro sería decir "magistral" en vez de "perfecto" o "resquicio" en vez de (bueno esta es más difícil de buscarle un sinónimo). A veces resulta pendante, y no me gusta que lo parezca, pero es mi forma de hablar. Pues a la vez que me gusta emplear palabras más especiales, me encanta atribuirles adjetivos curiosos también. Podría decirse que mi lenguaje es una sinestesia continua. Para mi la definición de sinestesia siempre ha sido esta: "atribuir cualidades para profundizar y provocar extrañeza entre elementos semánticamente sin conexión. Me encanta. Evidentemente por lo de ser más profundo, lo de provocar extrañeza dejémoslo para la literatura.
Porque lejos de confundir, yo si pienso que hay sentimientos espinosos, personas dulces, miradas oscuras...solo hay que mirar un plano más allá de lo verdaderamente perceptible, acoger el verdadero significado, la verdadera esencia, y adherirlo; separando siempre el significado específico del general. Así pues de una persona dulce no solo salen palabras empalagosas, ni los sentimientos espinosos ocultan la luz de cada persona.
¿Por qué digo esto? Porque disfruto viendo como somos capaces de mezclar todos los sentidos y sacar expresiones homogéneas de entre ellos. La dulcura no solo se palpa, ni la oscuridad solo se ve, así como también lo melódico tiende a escaparse del aspecto auditivo o podemos sentir el fuego sin tener que tocarlo. También los olores van más allá transportándonos en el tiempo al oler ,por ejemplo, agua salada. Y son todas estas posibilidades la que nos dan juego semántica y coordinadamente, es decir, en el campo de la unión y el significado.
Y estos dos campos, no atienden a ningún sentido, solo a describir la realidad tal y como es.