martes, 14 de mayo de 2013

La familia es lo último que se pierde.

Buenas noches a todos. Por primera vez, no sé como empezar una entrada...tengo el contenido, pero me falta la estructura. Así pues, voy a empezar a escribir, y seguramente se denote cierta anarquía comunicativa pero bueno, trataré de expresarlo de la mejor manera posible.
Aún recuerdo cuando era pequeño (más aún), llegaba de clase y ver Pokemon a la tarde era una tradición. ¿Los domingos? A Castellar a comer con la familia. ¿Y qué pasa mientras llega el domingo? Pues rutina, pero bendita rutina: día a día conviviendo con mis compañeros de escuela y, mejor aún, con muchos amigos. Y mientras, pasa el tiempo. ¿Verano? Vámonos a la playa: mis padres, mi hermana, tios, primos, y Dios sabe quien más. Y yo también. ¿Otoño? A la plaza, a comprar frutos secos que es el día de todos los Santos. ¿Quien no ha visto "Pesadilla antes de Navidad" en Halloween? Vamos con más estaciones...Invierno. Para mí Invierno es sinónimo de Navidad. ¿Y qué es Navidad? Familia, familia, familia, amigos, amigos, amigos, comer, comer, comer...comer. Y otra vez familia. Época de celebración y de armonía, época que ha de pasarse en compañía de seres queridos. Y como el que no quiere la cosa, primavera. ¿Primavera? Ahí vamos todos de comunión, bautizo, boda o lo que sea, que como somos ciento y la madre, siempre hay alguien que le toca hacer algo de esto por estas fechas. Y otra vez verano.
Visitas al Zoo de Jerez, viajes a parques acuáticos, barbacoas, Nochebuenas, tardes de juegos de mesa, Días de Reyes y días de piscina, viajes al campo, ¡hasta he estado presente un día que se hizo un pastel de zanahoria o algo así! También podemos optar por ir de compras Navideñas escuchando MClan de fondo o ir una y otra vez de vacaciones a Cartaya, la que ya parece que es nuestra segunda casa. Hemos cantado la canción del Chihuahua en una cama de hotel a las 8927317263 de la mañana y hemos sido testigos de la creación del baile característico de la familia de los Fernández. Al igual que esto, también nos han pegado muchas bofetadas; algunas más fuertes que otras, pero aquí estamos todos unidos para salir del paso. Eso, queridos lectores, es familia.
Y mientras pasa el tiempo, uno crece, y se da cuenta de que las cosas cambian, que algunas tradiciones deben quedarse ancladas en el pasado para dar lugar a la presencia de otras futuras mucho mejores. Parecía ayer cuando cogía dos banquetas y me ponía a vender cosas en salón de mi tía después de comer; o cuando jugaba con mi hermana a crear casas con dos o tres mantas en el sofá y al final siempre me acababa mudando a la suya porque la mía...bueno, no siempre he podido presumir de creatividad.
Y de pronto, la vida te da más motivos para seguir creeyendo en el concepto de familia. Si ya podía considerarme un afortunado, ahora al fin logré alcanzar el éxtasis de la felicidad. Y no solo yo, sino todos los que me rodean, porque somos una familia, y hay algunas cosas que afianzan aún más una relación como la nuestra, saber que la felicidad del prójimo es la nuestra, y que este mismo sentimiento es recíproco al 100%
La vida nos da muchas cosas, pero la familia, la nuestra, la de cada uno, es única en su especie. Por ello, hay que cuidarla, disfrutarla, y, por supuesto, vivirla. Porque siempre quedarán muchísimas cosas por vivir, así como es imposible recordar todo lo vivido. ¿Imposible por qué? Porque el conjunto de experiencias, tanto buenas como no tan buenas, son las que definen nuestro paso en el mundo. Así pues, apoyemos a ese futuro que está por venir abrazándolo desde lo más profundo de nuestra alma, y brindándole un lazo de amor directo desde nuestro corazón. Porque unidos, la vida sabe mejor.